A veces va una por la calle, triste,
pidiendo que el canario no se muera
y apenas se da cuenta de que existe
un semáforo, el pan , la primavera.
A veces va una por la calle, sola
-ay , no queriendo averiguar si espera
y el ruido de algún rostro que se inmola
nos pone a sollozar de otra manera.
A veces por la calle, entretenida
va una sin permiso de la vida,
con un hambre de todo casi fiera.
A veces va una así, desamparada,
como pudiendo enamorar a la nada,
y el milagro aparece en una cera. Sigue leyendo