No miento. Ahora Batman, el famoso súper héroe de los comics norteamericanos, dejó el mundo de la lucha contra el crimen para dedicarse a la gastronomía. Trabaja en la pizzería La Toscana y hasta sugiere bebidas a los consumidores.
Puede reírse de este absurdo, tanto como lo hizo la pareja que el pasado 14 de febrero descubrió esta pifia gigante en la carta de dicho establecimiento. Al parecer, quien lo escribió desconocía que al dependiente del bar se le llama barman en inglés y por tanto, no había ninguna necesidad de alterar la vida del célebre personaje de ficción.
En los últimos años, el mal gusto ha entronizado en ciertos espacios estatales. La epidemia se extendió hasta los trabajadores por cuenta propia, pues se puede observar una tendencia a lo kitsch en muchos de sus negocios.
Al caminar por las calles de la capital provincial puedes encontrar de todo: desde un coppelia con una decoración bastante atinada, hasta un diseño de interior digno de la escenografía de un filme de horror y misterio. Por otro lado están las faltas de ortografía en las cartas, tablillas de ofertas y carteles.
El poeta peruano César Vallejo se quedó corto con su neologismo Trilce, unión de la palabra triste con dulce, con el cual tituló uno de sus mejores libros. Los «aportes» a la lengua española pululan en la provincia y el fenómeno se extiende a todo el país. Si quiere experimentar con un nuevo sabor, pida la pizza Jagüeyana. Este platillo debe pertenecer a la tradición culinaria del municipio matancero de Jagüey Grande o ser una adaptación criolla de la receta proveniente del Hawaii. Habrá que preguntar, pues aún quedan algunas dudas.
Cerca del parque está ubicado un prestigioso salón de belleza. Resulta que allí, según lo promociona el cartel, hacen manos y pies. ¿Serán por encargo o al momento? Un aparte para el caso de la vainilla que puede ser chic, shit, cheap, en fin, una lista interminable de calificativos para un mismo sabor.
Errores de este tipo inciden de manera negativa en la primera impresión del cliente y ponen en duda el nivel educacional de los propietarios del establecimiento. La imagen vende, al menos así lo afirman las leyes más elementales del marketing, área del saber sobre la que pesa una incultura acumulada en los más amplios sectores de la población.
El trabajo por cuenta propia constituye un camino, aunque no el esencial, para el desarrollo económico del país. Para asegurar su éxito futuro tendrán que implementar sondeos de mercados, estrategias de promoción, estudios de imagen.
Sería bueno empezar desde ahora y abandonar el empirismo. Si no posee una envidiable ortografía, busque asesoramiento. De lo contrario puede quedar en ridículo cuando en su restaurante o timbiriche exhiba pifias parecidas a las de Batman y la vainilla chic.
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