Después de meses de surcar el océano, de esquivar piratas y de sobrevivir al hambre y al escorbuto, 80 mujeres llegaron al nuevo continente en una endeble embarcación. Era el siglo XVI y las crónicas sólo hablaban de Colón y de hombres temerarios que se lanzaban al mar. Nadie hablaba de las primeras conquistadoras.
Su historia como la de otras mujeres que se embarcaron rumbo a América lleva siglos oculta en documentos y referencias, en historias que parecen imposibles como la de la vasca Catalina de Erauso, una monja adolescente que huyó del convento disfrazada de hombre para cruzar el Atlántico.
Del otro lado del océano se hacía llamar Francisco de Loyola o Alonso Díaz bajo su armadura y su secreto. Sigue leyendo