Desconozco el nombre del compositor pero la he escuchado en la voz de fabulosas cantantes. Por eso, este regalo para ustedes como una provocación para simplemente ser Feliz
Cercado por musas. Carlos Varela nombra a Silvio Rodríguez como un padre. Lee a Fito Páez como quien les abrió la gran llave del rock argentino a los cubanos. Compara la voz de Pablo Milanés con el vino (“cada vez ‘suena’ mejor”) y reconoce en Joaquín Sabina a su tío Joaco. Dicho así, en abstracto, podría revelarse en quien nombra a un melómano de ciertos próceres del canto hispano. Podría, si no fuera porque Varela también es parte. Lo es como cantautor (nueve discos entre 1989 y la fecha). Lo es por ser, de entre la intensa sangre viejoven cubana, uno de los exponentes más populares de la Novísima Trova; por su poesía urbana; por su tacto universal –suena a demasiado, pero le dicen el Dylan cubano–; por haber compartido músicas con Jackson Browne, por caso, o Tony Scott, director estadounidense, que eligió su tema “Una palabra” para hacer sonar en Man on fire, gran película. “Las canciones tienen su ángel, su vida propia y su destino. Hay de las que nacen y mueren y otras que sobreviven al tiempo. Canciones que escribes en 20 minutos, en un día o en un año y canciones que no terminas nunca. Nunca me imaginé que ésta volara tanto por sí sola”, destaca Varela ante Página/12 sobre ese “hit”, que recorrió el mundo traducido en varios idiomas. Sigue leyendo
Cuando esta joven británica se puso a escribir canciones para un nuevo álbum tras una relación sentimental fallida, es más que probable que jamás pensara en que su dolor se iba a convertir en oro puro.
De hecho, tanto ha sido así que su disco ’21’ ha conseguido superar en ventas al mítico álbum ‘Thriller’ de Michael Jackson en Reino Unido.
Según ha publicado Official Charts Company -empresa encargada de contabilizar las ventas de discos en el país inglés-, el álbum de Adele ha alcanzado un total de 4.274.300 copias vendidas. Superando así en 500 copias las ventas del disco más vendido del Rey del pop en el país anglosajón. Sigue leyendo
A Joaquín Sabina lo conocí en mis años de preuniversitario y desde entonces me bastaron solo 19 días para quererlo y más de 500 noches para olvidarlo. Llegué hasta su voz rasgada gracias a mi amiga Marianela, una de sus más fervientes seguidoras, que un día se embarcó en un tren paraLa Habanapara tener el gusto de verlo cerca, pero con eso no le bastó y casi tumba a Abel Prieto, en aquel entonces ministros de cultura, solo por tal de darle un beso y bien prendida del cuello abrazó al hombre que le tenía alborotada todas las hormonas de la juventud.
Sin embargo, a mí solo me queda escucharlo, para imaginar sus Besos en la Frente, quizá porque nos sobran los motivos o me han robado el mes de abril.
Entonces enciendo mi grabadora vieja para poner el mismo casete, hecho atrás un poco de recuerdos y reaparezco ahí, en las noches del pre, con la guitarra que se oye a lo lejos entre muchas voces que le roban a Sabina la mejor de todas sus canciones: Sigue leyendo
Si hubiera sido yo, también los habría escuchado a escondidas. Pegaría el oído a la radio como quien quiere atrapar cada nota y si vieviera en La Habana visitaría de vez en cuando a John, sobre todo los días de penas largas, cuando tengo el ánimo para decir Hey Jude, o para volver sobre Yesterday porque en fin de cuentas solo necesitamos amor en este mundo de carencias y aspiraciones.
Entonces nada mejor que escuchar a los Beatles para sentir como la buena música doblega al cuerpo hasta llevarlo al éxtasis de disfrutar con el oído. Para ustedes, mi mejor regalo: Hey Jude
Oye, Jude, no lo estropees
Coge una canción triste y mejórala
Recuerda que has de hacerle un sitio en tu corazón
Sólo así podrán irte mejor las cosas Sigue leyendo