Uno de los estudios más importantes sobre cómo el cerebro organiza nuestro carácter se realizó a raíz del terrible accidente laboral que sufrió Phineas Gage, un trabajador de la línea de ferrocarril en el estado de Vermont a mediados del siglo XIX, al que una barra de hierro de aproximadamente un metro de largo y tres centímetros de diámetro atravesó la cabeza, entrando por la mejilla izquierda y saliendo disparada por la parte superior del cráneo.
A pesar de la gravedad del accidente fue sorprendente ver al obrero levantarse consciente por su propio pie y, aunque estaba algo aturdido, pudo ser trasladado hasta su casa. Allí lo atendió el doctor John M. Harlow, el médico local de la población de Cavendish, quien le practicó las primeras curas, sin tener del todo claro que el herido se fuera a recuperar del fatal accidente. Creía que se trataba de un auténtico milagro el hecho de que hubiese sobrevivido.
Phineas entró en coma debido a una infección y una segunda intervención del doctor Harlow fue vital para la recuperación. En poco más de un mes, el joven trabajador de 25 años volvía a llevar una vida normal, incorporándose a su puesto de trabajo como capataz en las obras de construcción del ferrocarril. Sigue leyendo →