Cercado por musas. Carlos Varela nombra a Silvio Rodríguez como un padre. Lee a Fito Páez como quien les abrió la gran llave del rock argentino a los cubanos. Compara la voz de Pablo Milanés con el vino (“cada vez ‘suena’ mejor”) y reconoce en Joaquín Sabina a su tío Joaco. Dicho así, en abstracto, podría revelarse en quien nombra a un melómano de ciertos próceres del canto hispano. Podría, si no fuera porque Varela también es parte. Lo es como cantautor (nueve discos entre 1989 y la fecha). Lo es por ser, de entre la intensa sangre viejoven cubana, uno de los exponentes más populares de la Novísima Trova; por su poesía urbana; por su tacto universal –suena a demasiado, pero le dicen el Dylan cubano–; por haber compartido músicas con Jackson Browne, por caso, o Tony Scott, director estadounidense, que eligió su tema “Una palabra” para hacer sonar en Man on fire, gran película. “Las canciones tienen su ángel, su vida propia y su destino. Hay de las que nacen y mueren y otras que sobreviven al tiempo. Canciones que escribes en 20 minutos, en un día o en un año y canciones que no terminas nunca. Nunca me imaginé que ésta volara tanto por sí sola”, destaca Varela ante Página/12 sobre ese “hit”, que recorrió el mundo traducido en varios idiomas. Sigue leyendo →