
La imagen pertenece a la serie “La lucha de mi esposa contra el cáncer” del fotógrafo estadounidense Angelo Merendino. (Tomada de la BBC)
En noviembre de 2006 me diagnosticaron un carcinoma de mama. Exámenes, ultrasonido, mamografía, biopsia aspirativa con aguja fina…, y al cabo de un mes me sometieron a una intervención quirúrgica. Entré al quirófano sin saber el tipo de cirugía que tendrían que utilizar en mi caso.
Cuando volví de la anestesia recuerdo que lo primero que me dijo la enfermera que estaba a mi lado fue que, para mi tranquilidad, había sido una cirugía conservadora. Ya esto era algo alentador.
Luego de la recuperación inicial comencé la quimioterapia. Un período extremadamente difícil, pues a los malestares que producen los propios medicamentos, se suma la pérdida del cabello. Y es en verdad muy triste mirarse al espejo y que nos devuelva tal imagen. Por otra parte, sentirse mirado como un bicho raro también es desagradable.
A continuación, veinticinco sesiones de radioterapia. Independientemente de las molestias que produce, esta parte del tratamiento me obligó a ir al hospital durante cinco semanas consecutivas y rodearme de personas en distintos estadios de la enfermedad. Es necesario hacer acopio de todas las fuerzas para seguir adelante y no deprimirse. Sigue leyendo